Informe anual 2024

(Fragmento; puede solicitar el informe completo en la sede de Epona-Stiftung für Pferd und Umwelt c/o Mermagen, Kesselstr. 15, 53797 Lohmar, Alemania.)

Caballos en un pasto

El año acabó con varios prados sumergidos por el agua debido a las intensas lluvias. Las temperaturas estuvieron varias semanas por debajo de cero y a menudo por las mañanas los abrevaderos de los caballos amanecieron congelados. También nevó algo de vez en cuando. Por las mañanas los caballos esperaban su ración diaria de heno. Tampoco el comienzo del año fue tan dramático como nos hizo temer el 2023 con su largo periodo de sequía. Llovió y en primavera los prados estaban verdes. Excepto durante un par de semanas en invierno, hubo suficiente pasto para los animales

Como en los últimos años, también en el 2024 hubo algunos cambios en la familia de Epona. Tuvimos que decir adiós a Jumpy y dimos la bienvenida a Julio y a Sarah.

Una vida plena

Jumpy murió el 31 de octubre. Estaba tumbado por la mañana en su refugio y nada indicaba que padeciera dolores o que estuviera luchando por su vida, una vida plenamente consumada tan apaciblemente. Como desconocíamos la fecha de su nacimiento, estimamos que habrá alcanzado la edad de 25 años. Jumpy fue sobre todo un fiel compañero de Kosmos, y desde que la manada le dejó claro que él era un caballo y no un toro (véase al respecto el Informe anual 2013 y la sección Nuestros caballos), se volvió mucho más tratable. No obstante siguió siendo un caballo muy suyo, hacía mucho tiempo que no lo comía todo, sobre todo si se trataba de medicamentos o de aditivos destinados a aliviar su enfermedad cushing. Cuando paraba las orejas en señal de alerta era mejor apartarse y era preferible describir un amplio círculo cuando uno pasaba por detrás de él. Kosmos acogió con asombrosa serenidad la pérdida de su amigo. Era casi como un viejo matrimonio cuyos miembros parecen inseparables, pero que, cuando uno de los dos se marcha, el otro florece gracias a su recién ganada libertad. Kosmos encontró pronto nuevas amigas que obviamente lo admiran, lo acarician con cariño y no se apartan de su lado. Y Kosmos lo disfruta.

Jumpy
Jumpy y Kosmos

Llegados de Italia

A principios del año nos llamó Dona Hollemann. Nos dijo que, lamentablemente, ya no podía ocuparse de sus animales y nos preguntó si podríamos ayudar. Fue a través de Dona Hollemann que Marlies Kamps conoció los caballos y decidió crear la fundación. También el nombre de EPONA se le debe a Dona. Hacía años que Marlies había asegurado a Dona que jamás tendría que preocuparse por sus animales, pues en caso de una emergencia ella asumiría sus cuidados. En mayo Mercè y Marlies viajaron con el remolque hasta Italia, a orillas del lago de Garda donde vive Dona. Gracias a la ayuda de la veterinaria pudimos conseguir rápidamente los documentos que faltaban, todo de forma muy poco burocrática. La yegua torda Sarah y el Pony Julio —o como lo llama Dona, «Julio, el caballo en miniatura»—, entraron sin problemas en el remolque, pasaron la noche tranquilos en un establo grande de una antigua finca en la Camargue, llegaron a Sora, se sintieron como en casa y de inmediato se vieron aceptados e integrados en la manada. Julio consideró que debía hacer un par de excursiones, así que entraba y salía por debajo de las vallas, como si no estuvieran electrificadas. Sospechábamos que su espeso pelaje lo protegía como un escudo.

Lord, Tobby y Julio
Sarah y Tika

Julio había estado con Dona durante 17 años. En mayo de 2008 ella se lo había comprado a un vecino como un «regalo» para otro caballo suyo, su querido Cisco. La habían alertado de que los ponys y los caballos no se entenderían bien, hasta posiblemente se mostraran hostiles. Sin embargo, ocurrió lo contrario. Cuando Cisco quiso arremeter contra Julio, dispuesto a proteger a sus chicas, las dos burras Lulubel y su hija Suzy Wong, Julio lo eludió con habilidad, se apoyó sobre sus cuartos traseros y empezó a lamerse el pene. Cisco no sabía lo qué estaba sucediendo y Dona no daba crédito a lo que veía. Desde entonces Cisco y Julio fueron inseparables, se dedicaron a animar la Animal Farm de Dona. Ella siempre dijo: «Julio tiene la mente de un niño de tres años, es muy inteligente...».

También aquí en nuestra finca en Sora Julio se comportó con especial inteligencia en el momento de encontrar y reafirmar su lugar en la familia Epona. Se dedicó a observar tranquilamente, evitando toda confrontación y cuando llegó el momento favorable se hizo con lo que deseaba obtener. Al principio Julio y Sarah se mantuvieron muy unidos pero con el tiempo cada uno escogió sus propios amigos y amigas, con lo que ganaron en independencia el uno de la otra.

Sarah es una yegua anglo-árabe y sarda. Dona la compró como caballo de entrenamiento después de la muerte de su adorado Cisco, ocurrida en mayo de 2014. La yegua tenía entonces nueve años. Al principio estuvo por un tiempo en un centro ecuestre, pero más tarde Dona se la llevó consigo a casa. Julio echaba terriblemente de menos a Cisco y Sarah no consiguió reemplazarlo. Él la aceptaba pero jamás la convirtió en una amiga querida. Cuando Julio llegó a nuestra finca, empezó a seguir a Lord, un gran caballo negro castrado, convenciéndolo en algún momento para que jugara con él. Así que pronto se vio a los chicos retozando con Tobby por los prados mientras las yeguas los contemplaban maravilladas.

Paella vegetariana para amigos y colaboradores de la Fundación Epona

En otoño, invitamos a amigos y colaboradores de la Fundación Epona a una paella vegetariana: Mathilde, la dentista de nuestros caballos que se ocupa amorosamente cada año de que la hierba sea triturada y aprovechada al máximo; Silvia, nuestra especialista craneosacral; Toni, el domador; Ramón, que se ocupa de la finca, el bosque y los prados y siempre nos llama la atención sobre animales raros que aparecen en la finca; Mercè, que conoce a cada uno de los caballos casi mejor que ella misma con su pareja Xevi y su hijo Marti, nacido hace once años, cuando la Fundación Epona se trasladó de Normandía a Sora en Cataluña... ¡¡¡GRACIAS!!!

Caballos en un pasto

or lo demás el año transcurrió sin sobresaltos. Los días se llenaron con el trabajo en beneficio de los caballos, el cuidado de los prados y las vallas, del bosque y de las fuentes naturales de agua. Gracias a las abundantes lluvias, el agua vuelve a fluir por estos valles de arroyos que se secaron en el año 2023. Los pequeños estanques en la parte superior de la finca Terradelles de Dalt están repletos hasta el borde. Eso también forma parte de la independencia que disfrutan los caballos: el hecho de encontrar reservas naturales de agua en su territorio. Dado que en 36 hectáreas «sólo» viven once caballos y ponys, y gracias también a que la caza aquí está prohibida, ha vuelto a instalarse en la zona una gran cantidad de fauna salvaje.

Projeto Uerê

Annie Hasemanns (Voluntaria en el Proyecto Uerê, e-mail: annie.hasemanns@gmail.com) informa desde Río de Janeiro:

La vida cotidiana en la favela Maré, donde tiene su sede el Proyecto Uerê, se vuelve cada vez más complicada. Los traficantes de otros territorios se reúnen en Maré, y el número de asaltos con robo se incrementa dramáticamente. En especial aumentan los robos de coches en la ciudad, cuyas partes se venden luego en Maré. En la favela Nova Holanda se ha desmantelado durante varias semanas la construcción de un edificio que había sido financiado por una banda con el propósito de lavar dinero. Los vecinos habían pagado ya sus pisos o por lo menos habían dado una entrada, pero se han visto ahora puestos de patitas en la calle por la policía, mientras todo el ilegal complejo de nueva construcción está siendo demolido hasta los cimientos.

Los maestros de las escuelas públicas locales no tienen ya ganas ni energías para trabajar con tales riesgos, motivo por el cual se buscan trabajos en la periferia de la ciudad. Uerê ha tenido niños que pasaron meses sin maestros de portugués y ciencias naturales.

El proyecto Uere celebra su 26º aniversario
La orquesta de violines del proyecto Urin da un concierto en la calle

De Uerê hemos recibido el siguiente informe:

El año 2024 ha sido muy difícil en la favela, ya que las operaciones de la policía militar causaron infinidad de interrupciones en la rutina de los vecinos. Los padres no podían salir de sus casas para ir a trabajar y los niños no podían asistir a la escuela, ya que los directores de los centros escolares y de salud tenían órdenes de cerrar ante de que empezaran las operaciones policiales. En consecuencia, el Projeto Uerê hubo de cerrar también sus puertas en varias ocasiones. Un aumento en el número de días sin electricidad ni abastecimiento de agua hizo bastante más precaria la vida de los vecinos. Pero con independencia de todos los obstáculos, Yvonne y su equipo mantuvieron el buen ánimo e hicieron lo que tuvieron a su alcance para que los niños recibieran una oportunidad de desarrollarse, de sentirse seguros en el Proyecto, divertirse y centrarse en la escuela como una vía para un futuro mejor. La metodología de enseñanza desarrollada por Yvonne se ha extendido entretanto a otros proyectos en Brasil y en Europa. Entre los más recientes está un grupo pedagógico de París que ha aprendido cómo abordar el trabajo con niños refugiados que han padecido experiencias traumáticas y otros niños que viven en los barrios más pobres de París.