Informe anual 2012

(Fragmento; puede solicitar el informe completo en la sede de Epona-Stiftung für Pferd und Umwelt c/o Mermagen, Kesselstr. 15, 53797 Lohmar, Alemania.)

Zwei Pferde auf einer Weide bei La Chevrie in Haras de Chenes, Frankreich

Contactos internacionales, ideas y proyectos de fomento

Ya en el año 2011, la página web de la Fundación, que puede visitarse en la red en la siguiente dirección, www.epona-foundation.org 

había sido ampliada con una versión en francés. En el 2012 le siguieron nuevas actualizaciones, y ahora cualquier interesado puede seguir en la página web los informes anuales de la Fundación. El objetivo es hacer accesible la Fundación a toda persona interesada o en busca de ayuda, así como para hacer públicos nuestros propósitos, estrategias e ideas de financiación. También, por supuesto, deseamos compartir con la opinión pública los éxitos de nuestro trabajo. La ayuda se necesita siempre, pero es ahora más urgente que nunca. Pero lo decisivo es también que esa ayuda es posible, lo es para los caballos y lo es también para las personas. Difundir esto —y hacerlo, sobre todo, a través del contacto personal y directo—, transmitir nuestras vivencias y ganar experiencias nuevas que puedan ser de provecho para los objetivos de la Fundación, en aras de todo eso nos esforzamos. «Los seres humanos ayudamos a los caballos y los caballos nos ayudan», ese fue el leitmotiv de nuestro trabajo, difundido por Marlies Kamps durante 2012 en sus viajes por Francia, España o Italia, en busca de nuevos contactos y nuevas opciones de cooperación y de financiamiento directo.

En febrero, Marlies Kamps viajó a Soiano del Lago, Italia, para presentar una conferencia sobre el trabajo de la Fundación Epona en el marco de un encuentro de la International Centered Yoga Association. La Fundación Epona fue acogida como miembro de la ICYA y se debatió en torno a distintos modelos de colaboración. A la ICYA le gustaría llevar a cabo ya en 2013 sus seminarios en el marco de la Fundación y con sus caballos.

El interés por coaching asistido caballos en el desarrollo de la personalidad, el trabajo de liderazgo y la terapia ha experimentado un enorme impulso en los últimos años. Gracias al contacto con Eva Reifler a través de los caballos bereberes marroquíes y al intercambio con el equipo de visionpure y su institución próxima a París, en primavera y verano la Fundación recibió las frecuentes visitas de personas interesadas en colaborar. Jean Claude, un psicólogo francés que adujo estar trabajando con la equinoterapia, nos invitó a un seminario, pero su colaboración con la Fundación fracasó debido a ciertas divergencias en nuestros puntos de vista sobre algunas cuestiones fundamentales. No obstante, en principio, estamos abiertos a la posibilidad de cooperar concretamente con expertos profesionales en ese campo, y seguiremos buscando opciones en esa dirección.

La Chevrie

En el año 2012, la familia de Epona sufrió algunas transformaciones y creció. Los dos bereberes Indu y Aloha llegaron a Europa desde Marruecos para formar parte de la Fundación Epona. Calin murió en otoño de un tumor maligno en el hígado. El valiente Kham llegó a cumplir los treinta años, pero en diciembre ya no pudo levantarse más. La pequeña Fanny se llenó de pena por su amigo. La pusimos a convivir con Kosmos y Tschykas, su vieja amiga, que ayudó a consolarla. Entretanto, los tres forman un estupendo equipo.

En primavera, trajimos a Toby y Cookie, dos ponys machos de un campo situado al oeste de Normandía. Su propietaria se había mudado a Inglaterra y los había dejado a los dos allí. Había encargado a una conocida que los regalara. Como nadie quiso aceptar el «regalo», la señora se puso en contacto con nuestra Fundación. Los dos ponys, celebrados como «angelitos», revelaron ser unos «demonios» que no sabían caminar guiados por la cuerda ni levantar la pezuña. Por si acaso, para mayor seguridad, habíamos extendido una cinta electrificada en torno a la valla, y eso fue lo único que los contuvo de saltar el vallado para ir a juntarse con la hermosas yeguas Trakehner. Lanzaban mordiscos y violentas patadas, hasta que, tras semanas de paciente labor, se dieron cuenta de que nadie iba a hacerles daño.

En verano contamos con la ayuda de Liliane, Chris y Rachel, que se ocuparon de atender a los caballos de Epona. Estos jóvenes de Alemania, Francia e Inglaterra querían hacer algo durante sus vacaciones y trabajar en algún tema relacionado con la protección de animales. A través de contactos propios y de internet, se enteraron de la existencia de la Fundación Epona. Sobre todo Liliane y su pareja, Chris, tenían buenos conocimientos sobre caballos y fueron de gran ayuda. Chris se enamoró de los ponys, y estuvo trabajando casi a diario con Toby, de modo que el pequeño «diablo» pronto logró trotar tranquilamente guiado por la cuerda, se detenía y daba un paso atrás cuando se le pedía.

A finales de agosto de 2011, Petra, una cualificada cuidadora de caballos, y Sascha, trabajador social, habían llegado a La Chevrie en una vieja caravana durante un viaje por Europa. Suelen visitar proyectos relacionados con la protección de animal y ayudan en el trabajo diario. También fueron de una gran ayuda para nosotros. El 15 de marzo de 2012, Petra y Sascha abandonaron la finca. Durante más de medio año habían cuidado con cariño de los caballos de la Fundación y ayudado día tras día en todo cuanto fuera necesario. ¡GRACIAS!

Indu y Aloha

En el año 2011 hicimos realidad nuestro propósito de comprar en Marruecos la libertad de dos caballos bereberes, Indu y Aloha, ambos víctimas de la negligencia de sus dueños. En el informe anual de 2011 dimos buena cuenta de los trámites destinados a ello. En un primer momento no conseguimos trasladar los animales a Europa, pero en la primavera de 2012 tuvimos por fin la oportunidad de sacar a Indu y Aloha de aquella finca, al igual que otros caballos. Hasta el último momento vivimos con la incertidumbre de que el transporte pudiera subir al trasbordador en Tánger, las líneas de teléfonos estuvieron funcionando toda la noche. El alivio fue enorme cuando por fin el camión hizo su entrada en la Hacienda Buena Suerte de Magda Dysli en Andalucía y vimos que los caballos, aunque agotados, estaban todos saludables. Desde 2010 nos hemos esforzado en traer esos caballos a Europa. Aloha, hija de Indu, pasó su primer año de vida con su madre en un establo estrecho y oscuro que jamás limpiaban de estiércol. Los cascos están por eso en un estado deplorable, lo que le provoca constantes abscesos y hasta ataques de laminitis. En agosto, Indu tuvo un pequeño potro macho que, por desgracia, murió al cabo de una semana, mientras lo trasladaban a la clínica. Nunca se pudo determinar la causa de su muerte. Las dos yeguas se encuentran en la finca de la maestra guarnicionera Petra Langlitz, en Andalucía, que se ocupa de ellas con mucho cariño.

Aloha
Indu und Aloha

 

En julio, nuestra presidenta Marlies Kamps pasó en Cataluña un curso con la osteópata Silvia Marti Korff para aprender la terapia cráneo-sacral en los caballos. En el marco de ese viaje, conoció también a la experta en caballos Lucy Rees, a Talia Soldevila Nightingale, que aplica y enseña el coaching asistido por caballos, y a Yuna McLister, que imparte clases de equitación natural o etológica (natural horsemanship). El intercambio con esas mujeres dedicadas al mundo equino no sólo fue muy útil en términos profesionales, sino sirvió también para ampliar la red de la Fundación en asuntos vinculados al intercambio y el apoyo de especialistas en la protección animal y equina.

 

En septiembre, Marlies Kamps viajó de nuevo a España. En St. Eulalia del Rio entró en contacto con el grupo de equinoterapia «cabalgando sonrisas», que forma parte de la Asociación de Personas con Necesidades Especiales de Ibiza y Formentera, la APNEEF. Apoyó al grupo en sus labores prácticas, guio al caballo empleado en la terapia y venció con él pequeñas unidades de entrenamiento. Tras hablarlo con la ejecutiva de Asociación, la Fundación Epona decidió donar al grupo un nuevo caballo para terapias. Se escogió a Maie, una yegua trotona ya retirada de la práctica activa y amenazada de ir a parar al matadero. Con la subvención de la Fundación Epona, se puso vallar un terreno con capacidad para dos caballos, construir un cobertizo protector y comprar paja para ambos animales. El 27 de octubre de 2012, Marlies Kamps le escribió lo siguiente a Annie Hasemanns, International Program Adviser del Projeto Uerê: «Aquí en Ibiza estamos apoyando un proyecto de equinoterapia y yo ayudo un poco a los terapeutas en su trabajo. Resulta profundamente satisfactorio ver el cambio espiritual y físico que experimentan los niños discapacitados al entrar en contacto con los animales, en este caso con caballos: de repente se vuelven más atentos y se tranquilizan, y cuando cabalgan, casi se los ve avanzar con actitud devota, acompasados al movimiento de los caballos».

Ein Mädchen umarmt ein Pferde
Seminar zur Craneo Sakral Therapie mit Pferden

Eritrea

En ese contexto, Annie Hasemanns nos informó acerca del Proyecto ARCHEMED en Eritrea. Con la ayuda de la organización de beneficencia ARCHEMED, Ärzte für Kinder in Not e.V., (Médicos en Favor de Niños en Situación de Necesidad) (www.archemed.org) y en colaboración con otras organizaciones locales que tienen redes de contacto en los rincones más apartados del país, estamos haciendo un registro de selección de mujeres solteras con hijos en situación de precariedad, a las que les regalamos una burra. Ellas se comprometen a no vender el animal y a ocuparse de su bienestar. Cada seis meses verificamos y documentamos la situación de la familia. Sólo compramos burras hembras que puedan tener descendencia. Los animales ayudan a las madres y las hijas en las labores diarias, acarrean el agua, la leña, a los niños, las mercancías y la escasa cosecha. Un asno cuesta en Eritrea unos 250 euros, toda una fortuna en un país con unos ingresos medios mensuales de entre 30 y 50 euros para una enfermera, por ejemplo. Annie Hasemanns, que ha estado con frecuencia en Eritrea, nos habla de la pobreza de la población rural y, muy especialmente, de la situación de miseria en que viven los niños. Los burros son fáciles de contentar y, si tienen descendencia, pueden contribuir al surgimiento de un cierto bienestar. «Creo que este proyecto tendrá una gran repercusión. A nuestra llegada, vamos a comprar las primeras cinco burras con la ayuda de un colaborador en Eritrea y se las entregaremos a las familias escogidas en las aldeas», dijo Annie Hasemanns. De manera espontánea, la Fundación Epona decidió apoyar este proyecto con recursos para la compra de dos burras.

Mehrere junge Mädchen sitzen auf einem Esel in Eritrea

Perspectivas

También en el año 2013 continuamos el trabajo con los caballos de la Fundación en la finca La Chevrie. Seguimos buscando voluntarios y nos ocupamos de intensificar los contactos existentes. Los costes de cuidado y alojamiento siguen siendo razonables y, junto a los gastos administrativos y los dedicados a las labores de relaciones públicas, pueden cubrirse con los beneficios del capital de la Fundación y los donativos. Es posible ofrecer pequeñas subvenciones a distintos proyectos. Pero los fondos actuales no alcanzan por el momento para subvencionar otros propósitos. Debemos seguir esforzándonos en conseguir mayores donativos.