Informe anual 2011

Como en años anteriores, 2011 se caracterizó inicialmente por los esfuerzos para dar a conocer por primera vez al mayor número posible de personas los objetivos de la Fundación Epona – Para la Protección de los Caballos y el Medioambiente, establecer o profundizar los contactos y seguir mejorando la imagen pública de la Fundación. El sitio web de la Fundación, que puede visitarse en internet en la dirección www.epona-foundation.org, se ha ampliado con una versión en francés. En marzo, Marlies Kamps visitó la feria equina Equitana, en Essen, donde se informó sobre nuevos métodos de tratamiento y adiestramiento, habló con la redactora jefa de Cavallo, Christine Felsinger, sobre la posibilidad de realizar un reportaje sobre el tema «Los caballos ayudan a las personas» y se reunió con la responsable del proyecto Linda Tellington Jones, de Münsterland, y con el jefe de un centro ecuestre, Mario Lampe, amigo de la Fundación Epona desde el principio. Marlies también viajó por Alemania, Francia, España y Marruecos, dando varias conferencias en pequeños eventos privados y sosteniendo infinidad de charlas sobre los propósitos y el trabajo de la fundación.

En abril, debatimos con un grupo de periodistas de la televisión francesa en torno al uso de caballos en la labor pedagógica, especialmente en el ámbito de la asistencia a adolescentes problemáticos. En mayo, junto a otros cincuenta expositores, montamos nuestros carros de caballos en el mercado de productos ecológicos de La Perriere, mostramos fotos en gran formato de nuestros animales y algunos textos escritos. Un especial interés despertaron los caballos bereberes de Marruecos, su lugar de origen exacto, el modo en que fueron transportados a Europa y los motivos por los que habían sido tratados tan mal, y también su edad o sus padecimientos, etc. Nos alegró especialmente la invitación del ayuntamiento de Pervenchères, localidad a la que pertenece el centro ecuestre de Haras des Chênes, en el que se alojan los caballos se la Fundación, para que participáramos en la gran exposición agropecuaria regional, la Comice Agricole Cantonal, que tuvo lugar en julio. Para esa ocasión, estuvimos presentes en las sesiones preparatorias del ayuntamiento, asumimos pequeñas tareas organizativas y, durante la exposición, presentamos a Brill, un viejo caballo trotón. Enganchado al sulky, Brill mostró a todos el modo en que solía trabajar antes. Con trote rápido, dio la vuelta al lago de Pervenchères, guiado por la conductora Jenny. La alegría del viejo caballo de carreras era evidente, estaba encantado de volver a ser el centro de la atención. Previamente habíamos hecho unos ensayos para comprobar que el sulky no le causara estrés. Ocurrió todo lo contrario. A continuación, mostramos a algunas personas interesadas lo que hacemos para mantener a Brill en forma, con ejercicios de gimnástica realizados de la mano y bajo la silla. Tras la presentación, se acercaron a la caseta de la Fundación varios visitantes, contemplaron las fotos, se informaron sobre nuestro trabajo y hablaron de algunas cuestiones sobre problemas concretos con sus caballos. Al caer la tarde, habíamos repartido casi doscientos folletos y anotado muchas direcciones de personas interesadas.

En el año 2009, la Fundación pudo alojar su primer caballo en los amplios terrenos de la finca La Chevrie, ideal para el cuidado de esos animales. Ese primer caballo fue Kosmos, un capón purasangre ya viejo y retirado que llegó a nuestra custodia gracias a un regalo. En 2010, por mediación de Epona-Trust en Haye-Pesuel, asumimos los cuidados de Kham, un viejo caballo ciego de Alençon, así como a su compañero, Calin, de 22 años, un trotón francés con una artrosis pronunciada. Ese año también cerramos un acuerdo contractual con el centro ecuestre Haras des Chênes, que nos asegura hasta 10 plazas para el alojamiento de los animales de la Fundación, tanto caballos como ponys y burros.

En marzo de 2011 recibimos nuevamente una llamada de auxilio de Epona-Trust en Haye-Pesuel. A raíz de ello, asumimos la responsabilidad por Fanny y Tschykas. Fanny, una yegua pony, con la piel color de zorro y una edad en torno a los treinta años, tiene una lesión en la cadera y un eczema de verano. La cola y las crines estaban en un estado deplorable y tenía la piel llena de costras y excoriaciones. Es una yegua pequeñita y muy alegre, y cuando se lo propone, puede ser muy ágil. Tschykas también ha alcanzado casi los treinta años; es una pequeña y delicada yegua purasangre, cubierta de cicatrices y con graves problemas de artrosis. Es un animal más bien reservado y tímido. La primera mañana se las sometió a una limpieza profunda, se le aplicaron masajes y se les trató la piel dañada. Luego marcharon al prado. Las dos se lanzaron sobre la hierba y pasaron horas sin apenas levantar la cabeza. Tras un breve periodo de adaptación, pusimos a Tschykas junto a Kosmos, que necesitaba nueva compañía. A Fanny la emparejamos con Kham, el pequeño animal ciego, y pronto los dos trabaron también amistad.

En el año 2010, discutimos sobre la compra de la libertad de dos o tres caballos bereberes muy desatendidos que vivían a orillas de las costas del Atlántico en un rebaño de unos veinte animales. Todos tenían sus dueños, pero éstos llevaban años sin ocuparse de ellos. Cada vez que necesitaban dinero o una bestia de tiro, venían a recoger su caballo, ya fuera para venderlo en el mercado o para ensillarlo delante de una carreta. Al regresar, si es que regresaban, los animales mostraban un aspecto lamentable, a menudo estaban totalmente demacrados. Decidimos, pues, intentarlo. En mayo de 2011 oficializamos la compra de la yegua Indu y de su potra Aloha. Estuvimos de acuerdo en que los caballos debían ser sacados de Marruecos traídos a Europa, primero a España. Teníamos el traslado planificado para el otoño, cuando no hiciera tanto calor para el transporte y el cambio de lugar fuera más fácil para los animales. Marlies Kamps voló a principios de noviembre a Andalucía, organizó el alojamiento, el transporte y los preparativos del viaje (analíticas de sangre, chips, documentación, cuarentena, entrenamiento, etcétera.). Sin embargo, la operación de traslado fracasó en un primer momento por culpa de trabas burocráticas: las autoridades marroquíes no autorizaron el traslado. Nada podíamos hacer, de modo que no tuvimos más remedio que confiar en encontrar una solución en el año 2012.

A finales de agosto, un viejo coche caravana entró en nuestra finca. Petra y Sascha habían preguntado si podía prestar su ayuda durante un par de semanas. Traían en el remolque cuatro hurones y a su perro lunes. Petra es una cuidadora de caballos cualificada y había escrito sus tesis de grado sobre la práctica de la equitación con fines terapéuticos. Sascha es trabajador social. Ambos aman a los animales y durante sus viajes por Europa se dedicaban a visitar proyectos dedicados a la protección animal. Se quedaron medio año con nosotros, junto a nuestros caballos, y han sido de una enorme ayuda.

En el año 2012 conseguimos llevar a cabo el traslado a España de los caballos marroquíes. El trabajo con los caballos de la Fundación en la finca La Chevrie sigue adelante. Los costes de alojamiento y cuidado siguen siendo razonables, han podido cubrirse, además de los costes para el trabajo de relaciones públicas y administrativos, con los beneficios del capital de la Fundación y los donativos. Pero, en un principio, los recursos disponibles no alcanzaban para otros proyectos. Debemos esforzarnos por conseguir un mayor número de donativos.