Informe anual 2017

(Fragmento; puede solicitar el informe completo en la sede de Epona-Stiftung für Pferd und Umwelt c/o Mermagen, Kesselstr. 15, 53797 Lohmar, Alemania.)

Este año, la finca Mas Casanova (www.mascasanova.org) amplió sus terrenos de 140 hectáreas a 200 hectáreas de tierras con bosques y un arroyo de montaña. La propietaria de Mas Casanova, Mercè Oms Molist, llevaba tres años trabajando en esa ampliación. En 2017 pudo por fin cerrar y firmar los nuevos contratos de arrendamiento, ya que los antiguos arrendadores se habían jubilado y ella había hecho un excelente trabajo previo. No siempre fue una labor sencilla convencer a payeses catalanes con mucho arraigo en la zona para que arrendaran sus tierras a una joven mujer con caballos. Es una labor que requiere de mucha empatía, paciencia y constancia. Pero Mercè nació en esta región y sabía muy bien cómo negociar con los payeses.

Una vez firmados los contratos de arrendamiento, fue preciso talar algunas zonas de bosque, limpiar la tierra, colocar las vallas, verificar las fuentes de agua, depurarlas y, eventualmente, adaptarlas. Hasta ahora se han despejado veinte hectáreas de tierra y de bosque y colocado más de quince kilómetros de valla, buena parte gracias al trabajo propio o con la ayuda de familia y amigos. La Fundación Epona ayudó con un donativo para financiar las vallas.

Todo eso repercute en favor de nuestros caballos, que pueden cambiar los prados y tener siempre a disposición hierba fresca para comer. Dado que el 2017 fue un año muy cálido y seco, nos alegramos muchos de contar ahora con nuevos prados, que tiene casi todos agua natural proveniente de cristalinos arroyo de montaña y manantiales que forman pequeñas charcas. Los bosques ofrecen una buena protección contra el sol y el calor. Al cabo de poco tiempo, pudimos distinguir los senderos trazados por los caballos en su ir y venir a través del bosque. Se habían acostumbrado muy pronto a los nuevos terrenos, y a nosotros nos alegró verlos pacer en abundancia y galopar juguetonamente por aquellas áreas amplias llenas de colinas. Cuando cambian los prados, hay siempre un estricto orden de rango, nuestro pony Toby ha de marchar delante, en compañía de la yegua de tiro la Gorda y del potranco Miel; cuando esto ocurre, todo está bien, de lo contrario se forma el caos. Bravo, Toby, qué bueno que te ocupes de poner orden en el rebaño.

Nuestro pony Cookie (véase el Informe anual 2012), al que le gusta pacer a solas, lejos de los demás, y al que a veces resulta difícil encontrar, se ha vuelto de repente muy sociables y es el favorito de los niños. Desde que Martin, el hijo de Mercé y Xevier, va a la guardería, Mercè organiza a menudo clases en el prado con los niños. De ese modo, los pequeños aprenden a conocer la naturaleza y los caballos, su comportamiento, su lenguaje y sus costumbres. Desde el principio, Cookie estuvo presente cada vez que los niños llegaban, se dejaba acariciar y era evidente que el pequeño solitario de antaño disfrutaba en compañía de los pequeños amigos de los caballos. Nosotros estábamos perplejos, pero al mismo tiempo nos alegraba el cambio, ya que ahora se lo veía más a menudo en compañía de los demás animales.

A Indu fue preciso sacarle otro diente, pues ya no podía comer paja. De modo que a partir de ahora habrá que alimentarla con pellets de heno ablandados, mientras dure el invierno, cuando la hierba crece con más dificultad. Poco después de la intervención quirúrgica, pudo hacer las veces de cortacésped y comerse la corta y jugosa hierba del jardín. Su mejor amigo, Luc, la ayudó gustosamente en esa tarea.

Este año Jumpy hizo grandes progresos con la ayuda de la osteópata equina Silvia Marti Korff. Se ha vuelto un animal mucho más tranquilo y sereno, y casi parece disfrutar cuando lo cepillan y cuidan. Lo único que aún no consigue al cien por ciento es alzar el casco trasero, pero va mejorando, lo cual hay que agradecer sobre todo a la paciencia de nuestro herrador Xesco.

En el otoño, la presidenta de la Fundación Epona, Marlies Kamps, viajó al sur de España para visitar, entre otros sitios, el proyecto equino Foundation Easy Horse Care Rescue Centre (www.easyhorsecare.net), situado cerca de Alicante. Los ingleses Sue y Rod Weeding reciben caballos, ponys y asnos de toda España. En parte les llegan en un estado deplorable, enfermos, desnutridos y con signos de maltrato. Los animales necesitan a menudo atención y cuidados médicos. Sue y Rod no escatiman en esfuerzos para ayudarlos. En unos terrenos relativamente pequeños viven más de 100 animales. Solamente la limpieza de los alojamientos y establos implica el trabajo de varias personas durante todo un día. Sin embargo, a pesar de la estrechez, todo se ve muy cuidado y limpio, pero sobre todo los animales, que reciben cada uno un trato y una atención individualizados. Con un donativo, la Fundación Epona ha ayudado al Easy Horse Rescue Center a adquirir una miniexcavadora de uso.

A finales del año, visitó la Fundación Epona Eva Reifler, del proyecto (www.visionpure.fr). Eva nos habló de su nuevo proyecto para el año 2018: una feria sobre el tema del coaching con caballos (www.salondubienetreaveclecheval.com). En dicha feria, que se celebrará en un antiguo hipódromo próximo a París, participarán equinoterapeutas, profesores de yoga que trabajan con caballos, entrenadores de coaching, expositores familiares, etc., los cuales presentarán allí sus trabajos. Habrá muchas actividades, conferencias y demostraciones con caballos. La estrella del evento será Linda Kohanov (www.eponaquest.com), de Estados Unidos. Esta autora y entrenadora equina trabaja desde la década de 1990 en el ámbito de la equinoterapia, una especialidad en la que están implicados muchos temas, como la guía, la capacidad de reafirmación, el fortalecimiento personal, las relaciones, intuiciones y las habilidades emocionales.

Por desgracia, en el año 2017 la temporada de lluvias sólo duró un mes, por lo que en algunas regiones apenas hay vegetación. Algunos granjeros no han tenido más alternativa que trasladarse con su ganado a otras regiones más fértiles, lo que ha traído consigo el sobrepastoreo.

Aunque el gobierno realizó un gran esfuerzo para construir embalses en muchas regiones, las pequeñas fuentes de agua estaban secas y los habitantes de las aldeas se vieron obligados a recorrer hasta quince kilómetros a pie para llegar a un embalse o a otra fuente que les proporcionara el agua que cubra sus necesidades diarias.

Mientras los hombres sirven en el ejército y los niños se ocupan del ganado y de los rebaños de cabras, sobre las mujeres y las niñas recae la tarea de ir a buscar el agua y recolectar madera seca para el fuego.

Las únicas pérdidas de animales se deben al ataque de las hienas. ArcheMed está apoyando a una ONG local, así como a las monjas católicas de una orden italiana, para que compren y distribuyan las burras entre las familias necesitadas. La donación de un burro es algo de enorme alcance en un país como Eritrea. Muchas gracias a todos los patrocinadores que han ayudado a unas madres a ayudarse ellas mismas.